En su primera entrega, 21 días dá a conocer, desde un primerísimo plano, el cruel mundo de la indigencia. Durante esas tres semanas completas, Samanta Villar ha convivido en algunos de los rincones del núcleo urbano junto a los "sin hogar". Situaciones tan duras y difíciles como dormir al raso se ponen de manifiesto en esta primera entrega. Una tienda de campaña detrás de un centro comercial o los soportales de la Plaza Mayor de Madrid son lugares donde Villar compartió experiencia con otros protagonistas cuya vida transcurre entre cartones, frío y soledad.
En su estreno, la periodista convivió con personas como Manuel, un "sin hogar" de 51 años que vive a la intemperie desde hace 14. O con Saib, que "descansa" en un coche abandonado rodeado de basura con el frío como único acompañante. Cualquier sitio es válido para dormir. Desde cajas de cartón en la céntrica Plaza Mayor de la capital de España, hasta cajeros automáticos, pasando por tiendas de campaña. Igualmente, los lavabos de los parking o del aeropuerto se convierten en improvisados aseos.
21 días que estuvieron llenos de rutina. Caminar, buscar comida, sentarse en un banco a descansar y dormir. Son los cuatro aspectos en los que se reduce la vida de los "sin hogar".
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