Hasta ahora quienes confiaban en la
criogenización como una alternativa a la muerte sabían que cualquier daño que se produjera en sus venas y arterias durante este proceso imposibilitaría “regresar” a la vida. Sin embargo, la nanotecnología está a punto de remediar ese problema y de dejar libre el camino hacia la inmortalidad.
Para algunos, los avances en el campo de las terapias regenerativas permitirán alargar la vida unos cuantos años más, pero para otros simbolizan la última barrera que obstaculiza el paso hacia la ansiada inmortalidad. Este es el caso de los defensores de la criogenización, que afirman que el frío puede conservar en perfecto estado y por tiempo indefinido las células humanas. Y así permanecerá el cuerpo hasta el momento en el que sus cuidadores decidan “despertarlo”, cuando la ciencia haya avanzado lo suficiente para asegurar la vida eterna o para permitir curar la enfermedad que padecía antes de ser criogenizado.
Fuente:
Revista Mas Alla
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